Hola cariñx. Veo lo mucho que te importa el mundo, tus comunidades, todos nosotros sobreviviendo a las plagas y al capitalismo y a un mundo en llamas.
Ese apretón de garganta, el nudo en el estómago, la tensión en la respiración… así es como nuestros cuerpos tratan de contener la angustia del mundo. Escribimos la injusticia en nuestros cuerpos, un hermoso y devastador lamento.
Sólo porque tu cuerpo pueda contener toda la tragedia, el pánico, la tensión, que está conteniendo ahora mismo, no significa que debas seguir conteniéndola, toda, para siempre. La amorosa abuela que hay en ti sabe que esto es verdad.
Déjalo. En algún lugar cercano, para que puedas volver a cogerlo cuando lo necesites, pero sólo por un momento, renuncia a tus ilusiones de control. Permítete ver al monstruo de la verdad de muchas cabezas: puede que no todo esté bien. Puede que termine en llamas y muerte y horror, no importa lo que hagas. Tómese un momento para reconocer lo jodidamente horrible y triste que es la Verdad. Y cómo ni siquiera el peor escenario posible le quitaría su inherente valor.
Simultáneamente, es cierto que los seres humanos siempre han luchado unos por otros, se han cuidado ferozmente unos a otros y han llevado la angustia del mundo en nuestros cuerpos. Y hay pequeñas verdades, como esa, que no podemos controlar el futuro, por mucho que deseemos hacerlo. (No se preocupe cuando las Verdades se contradicen entre sí, las verdades reales a menudo lo hacen.)
No importa qué, si al final sale bien o no, llevas la Divinidad dentro de ti. Eres suficiente, no por las cosas que haces sino por lo que eres fundamentalmente. Intrínsecamente. Siempre y sin excepción. Tómate un respiro o dos para permitirte saber esto.
Y cuando volvamos a sentir ansiedad, apuntemos a la flexibilidad. Espacio de movimiento para que la respiración entre y salga de la caja torácica, gentileza para las cosas que no podemos hacer, e integridad que nos dé la fuerza y la resolución para convertir nuestro cuidado a veces insoportable en solidaridad, ayuda mutua y acción directa.
Somos cada unx de nosotrxs, respirando este único aliento, con la Divinidad común.
Podemos hacerlo. Juntos.
Traducción realizada en parte con la versión gratuita del traductor DeepL Translate: The world's most accurate translator.